Literatura Indígena

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La Literatura Indígena tiene una tradición muy larga, pues en la época prehispánica está se refería a los cantos, los rezos, la retórica, etcétera.

Actualmente, las Literaturas en Lenguas originarias, presentan en su interior a las literaturas escritas en diferentes idiomas, como: literatura zapoteca, literatura náhuatl, literatura maya, literatura mixe, literatura otomí, literatura tsotsil, etcétera.

La Literatura Indígena Contemporánea

La Literatura Indígena Contemporánea fue un movimiento que creció para contraponerse a la Literatura Indigenista, la cual tomaba al indígena como tema central de sus obras. El grupo de indígenas conformado principalmente por profesores del sistema educativo de nivel básico, se dieron a la tarea de alfabetizar a las nuevas generaciones en sus lenguas maternas, rescatar las oralidades y fomentar el orgullo a la identidad étnica por medio de la cultura.

Actualmente, la Literatura Indígena está creciendo exponencialmente, nuevas generaciones escriben en sus lenguas, revitalizan sus movimientos de lucha, aunque aún hay pueblos y grupos étnicos con pocos representantes, se ha visto que ha ido aumentando. Las literaturas con mayores exponentes son la Literatura Maya, Náhuatl, Zapoteca y Mixteca.

Esto último se ha debido a su larga tradición poscolonial en la escritura latinizada de sus lenguas, sin embargo, se constado que otras culturas también tienen a varios representantes, como los Mixes, Totonacas y Tsotsiles.

Así La Literatura Indígena Contemporánea se caracteriza por su multiplicidad, por ello, también se le conoce como Literaturas en Lenguas originarias, presentando a su interior las literaturas escritas en diferentes idiomas, como: literatura zapoteca, literatura náhuatl, literatura maya, literatura mixe, literatura otomí, literatura tsotsil, etcétera.

De la Literatura Indígena a las Literaturas en Lenguas Originarias

La Literatura Indígena en México es un fenómeno literario surgido entre los años de 1970 a 1990, aunque ha tenido su mayor impulso en la última década del siglo XX. Actualmente, en el siglo XXI, goza de un florecimiento extraordinario. Este movimiento se caracteriza por los autores originarios que escriben desde su lengua materna, posicionándose desde su identidad, cultura e incluso el territorio. La Literatura Indígena Contemporánea, como también se le conoce para distinguirla de la prehispánica, tiene a grandes exponentes y se define por ser aquella que se escribe en la lengua originaria del autor. Por ello, en los últimos años se ha optado por una nueva categoría: Literaturas en Lenguas Originarias e, incluso nombrarlas por sus apelativos en español, literatura zapoteca, literatura náhuatl, literatura maya, literatura mixe, literatura otomí, literatura tsotsil, etcétera, y especialmente en sus propias lengua: Literatura Me’phaa, Literatura Mayo, Literatura Ayuuk, Literatura Diidxazá…

Antecedentes

Antes de la llegada de los europeos al continente nombrado “América” las diferentes culturas originarias tenían un conjunto de actividades que se les ha considerado como “Literatura”, entre las que destacan: los cantos, los rezos, los bailes, la retórica cotidiana, discurso, relatos, entre otros. Lo anterior es importante porque en la Literatura Indígena se hará hincapié en estas formas, como la recuperación de la oralidad. Carlos Montemayor, un estudioso e impulsor de dicha literatura, la ha señalado como el “arte de la lengua”, lo cual permitiría comprender las Literaturas en Lenguas Originaras hoy día:

«[…] las lenguas indígenas suponen un uso específico que es en sí mismo un tipo de composición que se diferencia del uso coloquial en la misma medida que en cualquier otro idioma se distingue la composición artística de la expresión común. De este arte de la lengua es necesario partir para entender el fenómeno de la literatura en lenguas indígenas de ayer y de hoy».

Carlos Montemayor, Arte y trama en el cuento indígena, México, FCE, 2012, p. 6 (edición electrónica).

Después de las guerras de conquista en el Valle de México, los primeros escritores indígenas de la Nueva España elaborarán una serie de crónicas, cuyo principal interés será el amparo de sus derechos. Igualmente, habrá una recuperación de las oralidades de los pueblos vencidos o aniquilados, entre ellos, los correspondientes a los mexicas, en especial, Tenochca y Tlatelolca. En gran medida, estas compilaciones serán hechas por los “informantes” de los eclesiásticos.

La reunión de textos de poetas poscortesianos, los podemos encontrar en antologías como las que ha realizado Miguel León portilla, en la Visión de los vencidos. Es pertinente señalar que se conocen más poetas del mundo nahua, como lo son Netzahualcóyotl, Axayacatl o Macuilxochitzin, pues generalmente, la poética se hacía de forma anónima y le pertenecía a todo el pueblo. Hay que considerar también que la figura del “autor” era desconocida, de tal manera que lo que le atribuimos a un nombre, con seguridad, les pertenecía a varias voces. Tzveta Todorov ha señalado, por ejemplo, del Códice Florentino con relación a la falta de autores en el mundo prehispánico:

«En el códice florentino nunca sabemos quién habla, o, más bien, sabemos que no se trata del relato de un individuo, sino de lo que piensa la colectividad».

Tzvetan Todorov, La conquista de América. El problema del otro, Trad. Flora Botton Burlá, México, Siglo XXI, 2008, p. 134.

A pesar de que hubo escritos y recuperación de las oralidades, durante el Virreinato, se llegó a prohibir la escritura en lenguas indígenas en diferentes periodos, por lo que la literatura escrita por los propios indígenas quedó en la oscuridad. Esto tuvo implicaciones contundentes para la creación literaria. Las lenguas indígenas fueron desvalorizadas como cualquier otro aspecto que practicaran los naturales, así, fueron ignoradas. El aprendizaje de las lenguas, por ejemplo, entre los eclesiásticos tuvo el propósito de apoyar en las evangelizaciones. El siglo XIX, con sus turbulencias bélicas y el surgimiento de la nación, igualmente, invisibilizó, a las culturas y sus lenguas.

En el siglo XX, la literatura indigenista tendría como objeto central al indígena, su ambiente e historias, algunas obras sobresaldrían por su belleza poética como: El indio de Gregorio López y Fuentes, El callado dolor de los tzotziles de Ramón Rubín, Juan Pérez Jolote de Ricardo Pozas o Los hombres verdaderos de Carlo Antonio Castro, sin embargo, esta literatura no era la voz de las personas de los pueblos originarios:

“después de la Revolución mexicana que la narrativa comenzó a recuperar la visibilidad social del indígena, tratando de desentrañar la singularidad de sus costumbres y cosmovisiones en el contexto social y cultural del resto de la nación”

Gilda Waldman M., “El florecimiento de la literatura indígena actual en México. Contexto Social, significado e importancia” en José Emilio Rolando Ordóñez Cifuentes (coord.), El derecho a la lengua de los pueblos indígenas. XI Jornadas Lascasianas. México, UNAM, 2003, p. 65.

Aunque la literatura indigenista pretende denunciar los maltratos a las personas de los pueblos y desentrañar la singularidad, será la Literatura Indígena, por medio de sus productores, es decir, los escritores de los pueblos originarios, quienes nos mostrarán la situación particular de sus culturas, vidas, comunidades y territorios

Precursores

La Literatura Indígena tiene su mayor precursor en Andrés Henestrosa, quien en sus textos comenzó a incluir relatos de su pueblo, palabras en zapoteco y cosmovisiones de dicha cultura. A la vez, varios escritores del Istmo de Tehuantepec empezaron a hacer escuela, enseñando la escritura de su lengua, realizando publicaciones esporádicas, en un camino que poco a poco se irá haciendo más ancho. Por ello, el escritor mazateco, Juan Gregorio Regino, ha indicado que la literatura indígena contemporánea

“se inicia con el escritor zapoteco Andrés Henestrosa; su obra, Los hombres que dispersó la danza, está recreado de las costumbres de su pueblo e introduce vocablos zapotecos en el español que emplea. Andrés Henestrosa no sólo escribe narrativa en español, sino también poesía en su lengua materna. De esta generación de escritores zapotecos figuran también Gabriel López Chiñas y Pancho Nácar y más tarde, Víctor de la Cruz y Macario Matus”.

Juan Gregorio Regino, “Otra parte de nuestra identidad” en La Jornada, 13 de octubre de 1998. Artículo en línea en: https://www.jornada.com.mx/1998/10/13/oja-identidad.html

Por lo que son los zapotecos del Istmo, los primeros impulsores de la llamada “Literatura Indígena Contemporánea”, aunque aún no tenía dicho apelativo. A partir de aquí, se dan una serie de situaciones que se van enlazando, por un lado, autores indígenas que eran reconocidos por su trabajo en la lengua castellana y que se van posicionando como parte de un pueblo originario; por otro, maestros rurales, que están luchando por un sistema educativo con énfasis en la lengua materna, y luchadores sociales que a su vez, pugnan por el respeto al territorio. En un punto los sectores de diferentes culturas se enlazan. Algunos intelectuales mexicanos, como Montemayor, ayudarán en el camino, aunque serán los menos.

Los autores de los pueblos originarios se distinguirán por su posicionamiento al considerar escribir desde su lengua materna, así empiezan a separarse de los escritores indigenistas.

Orígenes

En México existe una infravaloración sobre las personas indígenas y su cultura. Hemos evitado verlos como iguales. En algunos casos se les mira bajo un halo de paternalismo, pues se tiende a mostrar su vida en condiciones socioeconómicas deplorables, así, entre ataques o comprensiones impositivas, se les ha evitado.

En los años 70’s y 80’s del siglo XX un grupo de profesores rurales que hablan una lengua originaria se dan a la tarea de escribir para defender su identidad, denunciar los problemas que enfrentan y salvaguardar los conocimientos ancestrales. Son profesores de diferentes culturas, entre los que destacan: Jorge Miguel Cocom Pech, María Luisa Góngora Pacheco, Jorge Echeverría Lope, Miguel Ángel May May, Santiago Domínguez Aké, Briceida Cuevas Cob, Feliciano Sánchez Chan, Carlos Armando Dzul Ek, todos mayas; los nahuas Natalio Hernández, Juan Hernández, Yolanda Matías y Gustavo Zapoteco Sideño; los  zapotecos: Víctor de la Cruz, Mauricio Molina y Macario Matus. A estos escritores también hay otros de diferente lengua, como Juan Gregorio Regino (mazateco).

En mayor medida las literaturas que más se han desarrollado en el ámbito de la escritura son la maya, la náhuatl y la zapoteca, le siguen la mixteca. En los últimos años también han ido sumándose otras lenguas como mazateco, tsotsil, mixe, otomí, totonaco, huichol, zoque y mepha’a, tzeltal…

Los primeros escritores indígenas tuvieron que afrontar el problema de la sistematización de la escritura de su lengua, por ello, también fueron los primeros maestros de las próximas generaciones. Ellos fueron los que empezaron a publicar en sus propias lenguas, en muchas ocasiones apoyados por personalidades importantes de la cultura y la academia mexicana,  como Carlos Montemayor y Miguel León Portilla.

Del trabajo de los escritores indígenas nacieron varios libros e incluso la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas A.C., la cual ha sido dirigida por el escritor mazateco Apolonio Bartolo Ronquillo, Natalio Hernández, Irma Pineda, entre otros.

Corrientes internas

Dentro de la Literatura Indígena existen varios debates, incluso sobre la forma en cómo debe ser llamada, pues algunos indican que debería ser “Literaturas en lenguas originarias”, pues el nombre de “indígenas” hace referencia al colonialismo, mientras otros lo defienden por considerar que se debe cambiar la forma en cómo se ve a los indígenas. La escritora mixe Yasnaya Elena Aguilar Gil ha señalado que incluso la Literatura Indígena no existe:

“¿Tiene algún sentido hacer una distinción binaria? No encuentro aún un rasgo en común que justifique que la literatura que se escribe en lenguas tan distintas y que pertenecen a once familias lingüísticas con rasgos gramaticales tan disímiles compartan mecanismos poéticos que, en conjunto, se opongan al español”.

Yasnaya Elena Aguilar Gil, “¿Literatura? ¿indígena?” en Letras Libres, 26 de marzo de 2015. Artículo en línea en: https://letraslibres.com/libros/literatura-indigena/

Anteriormente, los escritores que originarios de un pueblo indígena pero que no escribían en su lengua o la desconocían no eran considerados como parte de la Literatura Indígena, pues ésta debía producirse en lengua materna. En la actualidad, esto ha ido cambiando. Asimismo, se ha pugnado porque se señale la pluralidad que encierra la llamada “literatura indígena”, haciendo con ello, que cada corriente literaria se distinga de acuerdo con la cultura y la lengua.

Los escritores de las Literaturas en Lenguas Originarias han supuesto que es mejor nombrar a las diferentes literaturas que se engloban divida en la lengua en que se producen, así han propuesto que se diga: literatura zapoteca, literatura maya, literatuta mixteca, literatura mixe, literatuta tsotsil, entre otras; en esta misma línea hay quienes llama a su corriente: literatura en lengua diidxazá, literatuta ñuu savi, literatuta en lengua ayuuk…

Escritores Indígenas de la Literatura Indígena

En este sentido, hay diferentes representantes, algunos fueron los fundadores del concepto de “escritores indígenas” y de la “literatura indígena” y otros ya pertenecen a las nuevas generaciones de escritores en lenguas originarias:

Los mayas son los que tienen más representantes, los cuales son: María Luisa Góngora Pacheco, Jorge Echeverría Lope, Miguel Ángel May May, Santiago Domínguez Aké, Briceida Cuevas Cob, Gerardo Can Pat, Feliciano Sánchez Chan, Carlos Armando Dzul Ek, Pedro Uc Be, Marisol Ceh Moo, Waldemar Noh Tzec, Isaac E. Carrillo, entre otros. Los literatos mayas escriben en diferentes géneros: poesía, ensayo, obra teatral, artículos, novelas, cuentos, relatos, cantos y crítica literaria. En algunas ocasiones un mismo escritor ha desarrollado diferentes géneros. La literatura maya contemporánea es la que más ha crecido con relación a las literaturas producidas en otras lenguas.

En la Literatura Náhuatl destacan: Librado Silva Galeana, Natalio Hernández, Juan Hernández Ramírez, Yolanda Matías, Alfredo Ramírez Celestino, Humberto Tehuacatl, Mardonio Carballo, Martín Tonalmeyotl, Ateri Miyawatl, Fabiola Carrillo Tieco, Tirso Bautista, Simón Cojito Villanueva, Eustaquio Celestino Solís, entre otros. La literatura náhuatl se basa principalmente en la poesía, es menor su producción en narrativa.

En la literatura zapoteca están: Andrés Henestrosa, Gabriel López Chiñas, Pancho Nácar, Víctor de la Cruz, Macario Matus, Mauricio Molina, Javier Castellanos Martínez, Natalia Toledo, Esteban Ríos Cruz, Irma Pineda, Elvis Guerra, Gerardo Valdivieso, Víctor Cata, Nelson Guerra López, entre otros más. Esta literatura crea poesía, ensayo y narrativa.

En la Literatura Mixteca destacan: Celerina Patricia Sánchez (Ñuu savi), Lorenzo Hernández Ocampo (tu’un savi), Florentino Solano, Nadia López García (Tu’un savi), Carlos España (tuun ñuu savi) y Ubaldo López García. Esta literatura se desarrolla en la poesía y narrativa.

En la Literatura en Mixe, destacan: Martín Rodríguez Arellano, Noemí Gómez Bravo, Rosario Patricio Martínez, Juventino Gutiérrez Gómez, Ángel, Flores Alcántara, Adrián Antonio Díaz y Juventino Santiago Jiménez. Esta literatura se desarrolla más en poesía y menos en narrativa.

En la literatura mazateca están: Juan Gregorio Regino, Apolinio Bartolo Ronquillo y Eusebia Severiano García,

En la literatura tsotsil: Nicolás Huet Bautista, Petrona De la Cruz Cruz, María Enriqueta Pérez Lunez, Manuel Bolom y Angélica Suyúl.

Otras lenguas también participan en las artes literarias: huichol: Angélica Ortiz López y Gabriel Pacheco Salvador; purépecha: Guadalupe Hernández Dimas y Joel Torres Sánchez; tseltal: Armando Sánchez Gómez y Adriana López tseltal; mazahua: Francisco Antonio León Cuervo; tenek: María Clementina Esteban Martínez; mayo: Emilia Buitimea; rarámuri: Nicolasa Gardea; mephaa: Hubert Matiuwa y zoque: Mikeas Sánchez.

La Literatura Indígena tiene mayores expositores en el género poético, seguido de la narrativa (cuento y novela) y en menor medida teatro y ensayo.

Escritores indígenas en lengua castellana

La Literatura Indígena se caracteriza por autores que escriben en su lengua materna, sin embargo, en los últimos años se ha visto que no todos los literatos que son de un pueblo originario escriben desde su lengua, ya sea porque desconocen la sistematización de su lengua, la han perdido debido a la discriminación o migración o, bien, por economía del quehacer.

La escritora Yásnaya Elena Aguilar Gil es ayuuk, sin embargo, la mayor parte de su producción ha sido escrita en español; su trabajo como lingüista, defensora de su lengua y cultura la ha hecho en la lengua mixe, por lo que no se pone en duda su identidad, al contrario, es considerada como una especialista en el estudio de las lenguas en peligro de extinción y activista. Por ello, ha señalado: “Para mí hablar mi lengua es un acto político”. Un caso parecido es el de Rocío González, escritora juchiteca, cuya mayor producción crítica fue en español, sin embargo, también es considerada una gran crítica y estudiosa de la lengua zapoteca, además de defensora de la cultura. En esta misma línea, se encuentra el escritor Francisco López Bárcenas, mixteco, defensor de los derechos indígenas, cuyos textos son hechos en español, pero en el que busca el análisis de la cultura mixteca. Otro caso es el del poeta mixteco Mauro Reyes Mendiola, quien escribe poesía en castellano.

Existen otros casos, en los que los escritores tuvieron que migrar siendo niños, en este sentido la producción de estos literatos es en español, pues algunos de ellos perdieron la lengua al perder el contacto con familiares y sus comunidades, no obstante, aún conservan la identidad cultural de su pueblo, este es el caso de escritores como Laurentino Lucas Campo y Lamberto Roque. Hermann Bellinghausen ha señalado de los narradores Ana Matías Rendón y Lamberto Roque Hernández que:

Otra vertiente de la narrativa indígena contemporánea se desarrolla en castellano. […] El cambio cultural de fondo que revelan estas historias reside en la abierta fabulación y la variedad de temas, menos anclados a las tradiciones, atentos en cambio a los dramas de la vida real presente, o bien la recreación del pasado desde una conciencia histórica. Una y otra vertiente con plena libertad ficcional. Estamos ya en el terreno de la literatura a secas”.

Hermann Bellinghausen, “Pequeña arca de cuentos”, en Ojarasca de La Jornada, noviembre de 2015. Artículo en línea: https://www.jornada.com.mx/2015/11/14/oja-arca.html

Otro caso es el de Susana Bautista Cruz, de la cultura mazahua, su poesía y narraciones son escritos en español, pero con una relación a la comunidad. Ella también es considerada una crítica y difusora de la Literatura Indígena, su trabajo como promotora cultural ha abierto espacios importantes para la presentación de libros en lenguas originarias, la lectura poética en lenguas y los diálogos académicos en donde se habla de la visualización de los idiomas originarios.

La diferencia de estos autores con los escritores en lenguas originarias es el uso del recurso ficcional en sus textos, el apego a los géneros occidentales combinados con la oralidad y el desarrollo mayor de la narrativa.

Mención aparte merecen los escritores mixes que desarrollan sus textos, mayoritariamente, ensayos en español, pero que se centran en los conocimientos de sus comunidades, como lo son Floriberto Díaz Gómez, Rafael Cardoso Jiménez, Noemí Gómez Bravo, Adelfo Regino Montes, Sofia Robles Hernández, Carolina María Vásquez García, Pedro González Gómez, Liliana Vianey Vargas y Xaab Nop Vargas. El primero, Floriberto Díaz, fue un antropólogo mixe que ayudó a desarrollar la escritura de su lengua, sin embargo, como en el caso de Yasnaya Aguilar, su producción escrita fue en español, a él se le debe el término de comunalidad, lo mismo que a Jaime Martínez Luna, zapoteco.

Es de llamar la atención que existan muchos ensayistas y articulista de opinión que escriben en español, como es el caso de Mikel Ruíz (tsotsil), Martín Tonalmeyotl (náhuatl), Yásnaya Aguilar (mixe), Natalio Hernández (nahua), Javier Castellanos (zapoteco), entre otros.

Muchos de los autores indígenas que escriben en castellano se desarrollan como críticos, historiadores o filósofos. También es cierto que los escritores que participan de la Literatura Indígena, sus críticas y ensayos sobre la literatura en lenguas originarias la hacen en español. Caso especial es el de Javier Castellanos que lo hace, mayoritariamente, de forma bilingüe.

Es necesario señalar que la identidad en los escritores indígenas es muy importante, como lo puede ser para quienes son mexicanos, franceses o brasileños, esta identidad se determina por su relación con la comunidad, antepasados, lengua o cultura. Es necesario enfatizarlo, pues en los últimos años, hay personas que han aprendido algún idioma originario y la escriben, sin embargo, sus producciones se consideran traducciones.

Crítica

La Literatura Indígena se ha enfrentado a detractores que consideraron que sus creaciones estaban por debajo de los cánones occidentales, sin embargo, con el tiempo han crecido los críticos que han visto que estas literaturas se rigen por otros lineamientos estéticos. Igualmente, hay varios recopiladores y críticos de la Literatura Indígena pero pocos son autores de los pueblos, por lo que ya han señalado la emergencia de que haya críticos y traductores en su propia lengua.

Asimismo, podemos notar las diferencias entre los críticos desde el afuera y quienes pertenecen a los pueblos.

La crítica desde el afuera se centra en la comprensión de las literaturas originarias y su historia, Donald Frischmann, por ejemplo, ha mencionado con respecto al trabajo de los escritores contemporáneos que éstos:

“se han dado a la tarea de recopilar numerosos elementos de la oralidad de narradores experimentados de su comunidad como primer paso en la conformación de un cuerpo literario contemporáneo”.

Donald Frischmann, “Nuevos cantos para un nuevo milenio”, en Los nuevos cantos de la Ceiba,  p. 64.

Los críticos no indígenas, igualmente, muestran la importancia de la oralidad en la literatura escrita:

“es así como dentro de la tradición oral de cualquier grupo es posible encontrar diversidad de géneros literarios que pueden clasificarse con base en estilos, funciones y contenidos”.

Gabriela Coronado Suzan, “La literatura indígena: una mirada desde afuera” en C. Montemayor (coord.), Situación actual y perspectivas de la literatura en lenguas indígenas, p. 61.

Krishna Naranjo ha señalado:

“es cierto que son otros tiempos y la literatura indígena hoy se considera desde la escritura. Sin embargo la oralidad adquiere ‘forma’ al ser recuperada en sus contextos, pero lo más importante es que al resguardarla es posible transmitir este pensamiento”.

Krishna Naranjo Zavala, “Literatura indígena contemporánea: panorama, perspectivas y retos”, Razón y Palabra, no. 76, mayo-julio 2011, p. 6. Artículo en línea: http://www.razonypalabra.org.mx/N/N76/varia/12_Naranjo_V76.pdf

Por su parte, los críticos indígenas han puesto énfasis en que la Literatura Indígena es parte de la lucha social que llevan a cabo los pueblos, como parte de la defensa de la identidad, e incluso del territorio. Por lo que ellos se han centrado en el compromiso que tiene el autor con la comunidad. Waldemar Noh Tzec, durante el seminario “Identidad Maya y Creación Intelectual”, de la ciudad de Mérida en junio de 1998, expresó:

“La literatura en lengua maya es una muestra de resistencia. Ahora defendemos nuestra identidad con la lengua escrita”

Igualmente, Jorge Miguel Cocom Pech ha señalado que la literatura indígena contemporánea no responde a los romanticismos del indígena en unión con la naturaleza, ni de la simple inspiración, sino de una respuesta a la propia cultura.

Autores como Irma Pineda han puesto énfasis en que la Literatura Indígena requiere de traductores especializados, como es el caso de otros escritores en español que tienen sus traductores para el inglés o cualquier otro idioma, la crítica zapoteca señala:

“tanto al interior de la comunidad como al exterior, vemos que no se le ha otorgado la misma importancia al tema de la traducción, lo cual resulta contradictorio, ya que sin traducciones, la literatura indígena simplemente no sería conocida fuera de su localidad”.

Irma Pineda, “La autotraducción en la Literatura Indígena: ¿cuestión estética o soledad?”, texto presentado en el “Coloquio sobre Traducción Literaria”, organizado por el COLMEX y la UNAM. Artículo en línea: https://docplayer.es/8938943-La-autotraduccion-en-la-literatura-indigena-cuestion-estetica-o-soledad.html

Mientras que Javier Castellanos ha señalado las dificultades del quehacer en la literatura en lenguas:

“Claro que en nuestro caso, como indígenas, las posibilidades que ofrece la literatura escrita nosotros las tenemos a través de una lengua que no es la propia; nosotros los que nacimos en este país hablando un idioma diferente al español no tenemos ese derecho o esa posibilidad de conocer la literatura escrita en nuestro idioma”.

Por su parte la investigadora Ana Matías Rendón ha mostrado que la Literatura Indígena es parte de la continuidad discursiva de los pueblos y que incluso es filosofía: “Los escritos de los autores indígenas contemporáneos reflejan mucho más que una expresión literaria, revelan su marco epistemológico”.[La discursividad indígena]

Susana Bautista Cruz ve un panorama positivo en el futuro de este movimiento literario:

“La literatura mexicana en lenguas indígenas está hoy más viva, más presente en el ámbito cultural. Escrita por autores individuales ha sido alentada por el surgimiento de algunos espacios culturales destinados a desarrollar y difundir la creación literaria de los diversos pueblos indios del país. […] Los desafíos que enfrenta la literatura indígena son muchos, y no se refieren sólo a buscar una mayor calidad literaria, sino esencialmente a fortalecer el diálogo intercultural con el resto de la sociedad mexicana”.

Bautista Cruz, Susana. “De la literatura indigenista a la literatura indígena. Una revisión”, en la página de web del Instituto de Investigaciones Jurídicas. México, UNAM, 2011, p. 240. Artículo en línea: https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/6/2727/11.pdf