La Filosofía Maya tiene una larga tradición oral y escrita. Desde los códices antiguos que trataban diferentes temas, se puede rastrear la sabiduría del pueblo.

Existen diferentes investigadores que se han dedicado al estudio de los códices y de sus construcciones arquitectónicas. Han mostrado cómo estos estaban ligados con los conocimientos astronómicos, por lo que han detallado la profundidad de sus planteamientos.

La filosofía maya no podría entenderse sin comprender los simbolismos culturales, la organización cultural, la lengua, su historia y los conocimientos astronómicos.

Si bien existe una gran cantidad de autores extranjeros y nacionales que han estudiado esta filosofía, los mayas han hecho lo propio. En la actualidad los escritores mayas han recuperado los antiguos saberes y han escrito algunos textos de filosofía maya, en ocasiones han dado talleres. Algunos representantes de esta filosofía maya es Fidencio Briseño Chel, Feliciano Sánchez Chan y Pedro Uc Be.

Los escritos de la filosofía maya, clásica, por decirlo de algún modo, se pueden rastrear desde los textos del Popul Vuh y el Chilam Balam, en donde se explican los orígenes del mundo, asimismo en sus grandes observatorios, templos ceremoniales, murales que se conservan y en los cuales las interpretaciones no se han terminado.

Estas sabidurías antiguas aún se conservan en muchas comunidades, no obstante, algunas reflexiones de corte social y político se han reactualizado. Las inquietudes filosóficas expresan las luchas por el territorio, la recuperación de la cultura o la revitalización de la lengua. Estas filosofías están siempre vinculadas con la comunidad, lo que la hace muy opuestas a las occidentales que en ocasiones se muestran desvinculadas de su sociedad y con una tendencia individualizadora.